viernes, 23 de octubre de 2009

Los solos

Los solos no tienen compañía porque no quieren asolar a nadie.
Envidian al que fueron antes y al que serán mañana.
Se saben mejores sin ellos mismos y peores si no existieran.
Tienen sembrado un terreno lejos de todas partes que cosecharán un día lloviendo.
Sufren porque quieren.
Si a nadie quisieran sufrirían por cualquier otra cosa.
Les gustan las multitudes para sentirse más.
Y hay tardes enteras en las azoteas donde acompañan el atardecer.
Se quedan viendo una nube, una calandria, una belleza de cuerpo para viajar en el corazón del instante.
Se meten a bares donde nadie sino todos estarán con ellos.
Beben cerveza sin sed.
Lloran sin lágrimas.
Piden sin ofrecer.
Son una casa sin abandonar.
Dejados hacia lo que dan.
Tienen un agujero extra debajo de la puerta y un vidrio delicadamente quebrado en la ventana.
Se sacan a balcón para verse en compañía del aire.
Les duele lo que no gozan sin medida.
Los solos piden lo que han de dar.
Tienen todo que dar.
Lo mucho que aman es el mayor secreto del mundo.


"Los solos", Raúl Bañuelos.
Praxis Dosfilos. Universidad Autónoma de Zacatecas. 1996

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